¿Alguna vez has oído hablar de los productos sostenibles? El sello de una conciencia tranquila, o también conocidos como productos “verdes”, “ecológicos” u “orgánicos”. Son términos que se utilizan para referirse a productos que se han fabricado y/o comercializado bajo estándares ambiental y socialmente responsables.
Hablar de estos productos, es pensar en pequeñas industrias que no trabajan a gran escala y los precios usualmente son más altos, considerando aspectos socio-ambientales.
Pero… ¿Valen la pena? ¿Para qué sirven?
La sociedad actual se enfrenta a una crisis climática sin precedentes ocasionada en gran medida, por las grandes compañías que solo han visto a la naturaleza como un medio para generar capital.
No todas las grandes industrias, han transitado hacia el uso de energías limpias o insumos que no generen un impacto tan negativo al componente ambiental. Pese a que el cambio climático es algo que ha estado sobre la mesa desde hace varias décadas.
Es allí donde actúan los sellos de sostenibilidad, que permiten al consumidor identificar aquellas industrias que están buscando entrar en un camino diferente. Como lo es, el buen uso de los recursos naturales para que sea valorado a la hora de elegir que productos consumir.
A esto le llamamos gestión sostenible, término que le da credibilidad a una organización que busca extender la responsabilidad de una producción y comercialización. De igual manera, crea estrategias ambientales y sociales hacia otros eslabones de las cadenas de valor.
¿Cuáles sellos de sostenibilidad existen?
En el plano nacional tenemos a Sello Ambiental Colombiano y al Sello Ecológico, entre otros. En el ámbito internacional podemos mencionar algunos como Fairtrade, UTZ de Rainforest Alliance, USDA Organic, Kosher y Wellfair.
Cada uno está enfocado en diferentes industrias y sus procesos de certificación varían dependiendo de ello. Son muy útiles al momento de comprar sus productos en los supermercados, al preferir una alternativa que apoya un cambio hacia un consumo más responsable.
Entonces… ¿Todo es color rosa con estos sellos?
No, no lo es. Porque los productores de bajos recursos no es fácil acceder a estos procesos de certificación por su elevado costo o por las dificultades al momento de realizar los trámites. Por eso, la mejor alternativa que existe para estos campesinos, es asociarse en redes de agricultura familiar que buscan producir los alimentos bajo principios agroecológicos.
Estas iniciativas brindan muchos beneficios a mediano plazo y pueden llegar a generar la misma percepción en el consumidor al ser considerados mercados orgánicos. Es un aspecto que se debe mejorar, generar mayor equidad en el acceso a los sellos sostenibles es una tarea pendiente del mercado.
Es indiscutible que generar una mayor oferta en mercados verdes, indirectamente nos sirve para abrir una nueva forma de comprar responsablemente. Y a largo plazo; el sello de una conciencia tranquila para brindar más oportunidades para la gestión sostenible en todos los eslabones de la cadena de producción.