Muchas veces asociamos el hecho de decir malas palabras con poca educación o que una persona no sabe expresarse de una forma «correcta» usando otro tipo de palabras. Pero aquí te vamos a contar porque decir groserías es beneficioso para la salud.
La verdad, es que la ciencia ha demostrado que decir groserías no significa nada malo; por el contrario, tiene algunos beneficios que pueden ser sorprendentes para la mayoría de nosotros.
¿Cómo nos afectan las groserías?
Un estudio publicado en la revista científica “Lingua”, muestra que el uso de palabras clasificadas como groserías puede afectar profundamente la forma en que pensamos, actuamos y nos relacionamos.
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También, indica que decir una mala palabra conduce a una mayor tolerancia y un mayor umbral del dolor, en comparación con las palabras neutras. Otros estudios demuestran que han encontrado una mayor fuerza física en las personas, después de maldecir.
También cambia la forma como nos relacionamos con los demás
Pero maldecir no solo influye en nuestro ser físico y mental, sino también en nuestras relaciones con los demás. Se ha demostrado una variedad de propósitos sociales distintivos de las groserías, que van desde expresar agresión y causar ofensas, hasta potenciar vínculos sociales. Ayuda a mejorar el humor e incluso a narrar historias.
Las malas palabras pueden ayudarnos a manejar nuestras identidades y mostrar intimidad y confianza. Normalmente, las personas asociamos maldecir con una sensación de catarsis o la liberación de una emoción fuerte. Además, aumenta la atención y el dominio sobre otras personas.
Pero esto es solo la punta del iceberg, tenemos que seguir investigando porque decir groserías es beneficioso para la salud. Nos ayudan en este tipo de situaciones y por qué no pueden ser otro tipo de palabras.
Fuente: BBC Mundo