La empresa de biotecnología alemana Biontech, prepara la vacuna contra el cáncer para el 2030. Tendrá la misma base de la vacuna usada para combatir el coronavirus. Cambiaría el código que identifica el virus por instrucciones genéticas que identifiquen el cáncer.
Ugur Sahin y Ozlem Tureci, cofundadores de Biontech, aseguraron que vienen trabajando en esta vacuna desde el año 2008. Han explorado tecnologías que involucran ARN mensajero (ARNm).
«Todo lo que hemos aprendido sobre el sistema inmunológico y sobre lo que conseguimos con una vacuna contra el cáncer muestra, en principio, la clara actividad de que podemos inducir esas células T asesinas y podemos dirigirlas» indicaron.
Durante la pandemia, esta empresa se asoció con Pfizer, utilizando el mismo enfoque para desarrollar la vacuna contra el coronavirus. Gracias a esta alianza, se iniciaron 4 proyectos para acabar con el cáncer (la segunda causa de muerte mundial) y otros tipos de tumores.
Los ensayos clínicos de BioNTech y Pfizer iniciaron la fase dos y son esperanzadores, basados en la versatilidad de las plataformas ARNm. Son rápidas y fáciles de usar, ayudando a crear vacunas personalizadas para combatir mutaciones concretas del tumor de cada paciente.
Esta tecnología puede usarse para que las células generen proteínas inmunoestimuladoras o que inhiban los puntos de control inmunitarios, para que el tumor no pase desapercibido.
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Biontech prepara la vacuna contra el cáncer para el 2030 y serán administrarán a los pacientes que ya tienen cáncer, para crear una respuesta inmunitaria contra las células cancerosas.
En 1962, el biólogo sudafricano Sydney Brenner, descubrió el ARN, pero hasta principios de los años 90, la tecnología la usó como herramienta terapéutica. Las vacunas de ARN mensajero no inyectan el germen atenuado o inactivado en el organismo.
Enseñan a las células a producir una proteína que desencadena la respuesta inmunitaria para luchar contra la enfermedad y no afectará el ADN. Porque al poco tiempo las células se deshacen del ácido ribonucleico.
Por mucho tiempo, el ARN mensajero se consideró demasiado inestable y costoso para emplearse como medicamento o vacuna. Pero hoy en día, se convirtió en un cambio de paradigma revolucionario para tratar múltiples enfermedades.
Fuente: National Geographic
