A medida que las restricciones del Covid-19 se van superando y se retoman las actividades presenciales, la modalidad mixta va tomando cada vez más fuerza. Pero no todo es color de rosa, porque el trabajo híbrido sí cansa a las personas.
Antes de la pandemia causada en el 2020 por el coronavirus, la idea de trabajar desde casa, era algo casi imposible. Durante el confinamiento (que se pensaba sería por algunos días) esta idea tomó fuerza, para que las empresas no cerrarán y su productividad no disminuyera. Y dos años después, el trabajo híbrido está imponiendo una nueva tendencia laboral.
Consiste en trabajar unos días desde casa y otros desde la oficina de manera presencial. Pero ¿Por qué esta modalidad es emocionalmente agotador? Se debe mantener dos lugares de trabajo, el de casa y la oficina. Dos rutinas diferentes que implica cambio de tiempos, costos y recordar qué cosas hay en cada lugar y las que hay que llevar.
Cambiar de escenario laboral dos veces por semana, causa la sensación de no poder instalarse. La sensación de incertidumbre, la variación de los niveles de estrés y la productividad, no es la misma de antes.
La plataforma Tinypulse, reveló las cifras de dos estudios que ha realizado sobre esta modalidad de trabajo. El primero lo realizó en 2021, cuando se evidenció que el 83% de los trabajadores, quería trabajar de forma híbrida, para combinar lo mejor de ambos mundos. Y el segundo, demostró que más del 80% de los gerentes encuestados, afirmaron que este modelo laboral, es bastante agotador para sus empleados.
Elora Voyles, psicóloga organizacional de Tinypulse, afirmó que la alegría del trabajo híbrido, se fue desvaneciendo y la alteración de las rutinas, generó problemas. “Sin embargo, lo híbrido requiere cambios frecuentes en esos hábitos diarios: los trabajadores tienen que cambiar constantemente las cosas, por lo que es difícil encontrar una rutina cuando tu horario está siempre entrando y saliendo de la oficina” afirma la profesional.
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La psicóloga Gail Kinman, miembro de la Sociedad Británica de Psicología, indicó “Las prácticas híbridas aún no se convirtieron en algo natural, por lo que se necesita más energía, organización y planificación. Hay que crear nuevas estrategias (compartir puesto de trabajo, planificación de los desplazamientos) que no se necesitarían si se trabajara a distancia o en persona”.
La parte mental, también se ve afectada por no poder desconectarse del trabajo y generar mayor presencia digital. Se produce una presión de demostrarle a su jefe que si pueden trabajar desde casa y cumplir con todos sus funciones.
Klara, una gestora de cuentas afirma «La oficina me distrae: te pueden molestar en cualquier momento. Cuanto más tiempo trabajaba de forma híbrida, más sentía que era un obstáculo más para hacer mi trabajo: desde el desplazamiento hasta saber que al día siguiente estaría trabajando en otro sitio. Rápidamente se convirtió en una tarea«.
Otra desventaja de esta modalidad, es que cuesta definir un horario de trabajo, porque cuesta ponerle fin a la jornada laboral. Por estas razones, el trabajo híbrido sí cansa a las personas.
Algunos expertos aseguran que esta modalidad sí puede funcionar, pero aún falta mucho para poder reducir sus desventajas. Y que funcione tanto para la empresa como para el trabajador.
Fuente: BBC News | IProfesional